Carmen Mola

Impulsiva, se abraza a Orduño y le murmura un gracias al oído.

Un villancico más y se abre las venas. Apaga la radio, ella no está para celebraciones.

¿quién quiere hipotecar su vida al cuidado de una niña marcada?

Soy un pecador. Me creí mejor, como tú te crees mejor... Pensé que todo lo que hacía estaba justificado, que yo no podía perder... Esta sociedad... me necesitaba pero... solo soy un pecador.

¿Qué pesaría más para la sociedad a la hora de juzgarla: el sufrimiento de la víctima que ha sido o la demencia de sus asesinatos?

Le dedica al feto una última caricia y, sin prisa, como si se sintiera derrotada, se levanta, pasa por

He matado en vano.

Nadie debería ser como yo.

KAMPATIMAR SHANKARIYA (India)

Asesino en serie sádico

Más de 70 víctimas entre 1977 y 1978