Katie Kitamura

tanto tiempo viviendo con el dolor que había dejado de notarlo o de reco­nocer que me embotaba los sentidos.

Es sorprendentemente fácil olvidar lo que hemos presenciado, la imagen atroz o la voz que pronuncia lo impronunciable; para existir en el mundo tenemos que olvidar, y eso hacemos, vivimos en un estado de lo sé pero no lo sé.

lugar aún no es‍­ta‍­ba des‍­gas‍­ta‍­do por la fa‍­mi‍­lia‍­ri‍­dad ni dis‍­tor‍­sio‍­na‍­do por el re‍­cuer‍­do,

Sentí una pun‍­za‍­da, no de en‍­vi‍­dia sino más bien de ad‍­mi‍­ra‍­ción, aun‍­que ambas están en cier‍­to modo li‍­ga‍­das.

Es sorprendentemente fácil olvidar lo que hemos presenciado, la imagen atroz o la voz que pronuncia lo impronunciable; para existir en el mundo tenemos que olvidar, y eso hacemos, vivimos en un estado de lo sé pero no lo sé.

para existir en el mundo tenemos que olvidar, y eso hacemos, vivimos en un estado de lo sé pero no lo sé.

Resultaba inquietante pensar en lo mutable que era nuestra identidad

desenfoque temporal o simultaneidad– tal vez era lo que distinguía un cuadro de una fotografía.

desenfoque temporal o simultaneidad– tal vez era lo que distinguía un cuadro de una fotografía.

¿Por qué la concentración, tan frágil y cargada de significado, como si ese fuera el único modo en que le estaba permitido rechazarlo?