Cuando contesté mi propia pregunta —la UPU tiene un complejo sistema para decidir qué tarifas aplica cada país por hacerse cargo del correo internacional—, me topé con una iniciativa llamada Addressing the World, An Address for Everyone (Dirigirse al Mundo, Una Dirección para Cada Persona). Hasta entonces no sabía que millones de personas carecen de una dirección postal fija.