Chiara Francia Citterio

«¿cómo puede ser tan linda?». Su cabello es rubio y le llega hasta la cintura. Y siempre sonríe.

Tuvo alternativamente todas las emociones, menos la calma.»

Esperé que me dijera «te quiero», pero él me dijo «perdón».

«Idiota, pero qué lindo»

Intento desviar la mirada pero se me hace físicamente imposible. Es como un imán, no entiendo qué me pasa…

Se acerca a mi oído y susurra:
—Quería asegurarme de que estabas bien. Ahora me puedo ir tranquilo.

Si me sigues mirando así, Emma, no me quedará otra que besarte.

Quiero que me bese y que me haga el amor. Quiero que recorra cada centímetro de mi cuerpo con su lengua. Quiero que me haga olvidar que existo, que estoy embarazada y que este verano, algún día, va a terminar.

Me acerco y empiezo a dejar besos en su cuello, detrás de sus orejas y en sus mejillas… Quiero saborearla de a poco antes de, por fin, llegar a su boca.

vuelvo a decirme que tiene los pies perfectos, nunca vi unos más bonitos. Pienso en lo lindo que sería que me rodeasen junto con sus piernas, como si fuera un pulpo.