Impressions
Las historias si se pueden juzgar por su portada, correcto o no, una buena portada (o título) es suficiente para querer leerlo, este libro carece de ambas; el título es el inicio de una frase muy famosa, se menciona en la Biblia, en el Evangelio de San Mateo, capítulo 28, versículo 19 y se le conoce como: la fórmula Trinitaria; la portada, pues es Dorothy en la escena de Gladiador (puede tararear “Now We Are Free” si gusta), pero no te dejes engañar, este libro tiene mucho de fondo.
Librada Marín, una mujer viuda de un antiguo minero sindicalista, revuelve sus viejas fotos cuando encuentra la de una joven monja que le marcó en la dura época de la escuela. Librada había llegado con sus padres desde Granada, escapando de las represiones franquistas. Sus padres tuvieron que ingresarla en un internado religioso a las afueras de la ciudad. Allí, el único cobijo y ayuda que recibió fue de una joven monja llamada Inés, que apareció asesinada poco tiempo después. Ahora, casi nadie recuerda aquel crimen sin resolver.
Priscila, nieta de Librada, es todo lo contrario a ella. Conservadora y religiosa, pero continua en paro después de haber terminado las carreras de criminología y derecho. Es, además, la única que la visita regularmente, ya que Librada odia a su hija, Laura, aún más conservadora que Priscila, casada con un concejal de un partido extrema derecha.
Hay novelas imposibles de dejar una vez que has comenzado, sobre todo si los personajes te enganchan, el género policiaco y “thrilleresco” es, junto al de terror, mi favorito en la literatura, por mucho, no importa que tanto me aleje, siempre regreso, este libro me volvió a atrapar con su ligereza, es suspense en estado puro. La virtud más grande de este libro es que no te engaña, por muy inverosímil que parezca el caso, cuando toma forma es trepidante, mi recomendación es leerlo con la mente en blanco para armar el caso con ambas generaciones, tan distantes una de la otra, pero tan unidas en su fuerza literaria.
