En Ciudad Juárez los barrios son dominio de las pandillas, que cobran el derecho de paso y de piso a todos: la policía acepta y protege a cambio de dinero tal régimen, que funciona como gobierno ilegal. La explotación del tránsito y el espacio y la realización de negocios ilícitos establecen la reglas de coexistencia en los barrios de esa frontera. Los ciudadanos son incluidos en un funcionamiento de apariencia normal pero en los hechos de índole carcelaria, ya que las avenidas y calles de los barrios sólo son transitables con relativa calma durante el día. Por la noche sólo la policía y los pandilleros suelen transitar en sus calles y avenidas. Para el ciudadano común el riesgo nocturno es muy alto.