Por eso, el mejor placebo es una operación quirúrgica. Ponte una bata blanca, administra una anestesia al sujeto de la intervención, tómate un café mientras esperas a que se pase el efecto del sedante y, cuando despierte el paciente, dile que la operación ha sido un éxito rotundo. Según un estudio publicado por el British Medical Journal en el que se comparan ese tipo de obras de teatro con operaciones auténticas para problemas como dolor de espalda o acidez de estómago, el placebo tiene algún efecto positivo en el 75 por ciento de los casos, y en la mitad de los casos el efecto es tan bueno como el de la operación de verdad.19
Operación quirúrgica como placebo