—Es solo que… que me dejaran… Bueno, me trajo malos recuerdos —dijo lentamente—. Tenía un amigo. Blake —a Jordan le costó pronunciar el nombre, como si solo decirlo fuera doloroso—. Hacíamos casi todo juntos, hasta hace un par de meses, cuando finalmente le dije que era gay. Aunque, vamos, ¿cómo podría alguien pasar cinco minutos conmigo y no darse cuenta? —agregó amargamente—. Como sea, no volví a verlo. No hubo una gran pelea ni nada por el estilo. Simplemente… desapareció. Un día estábamos bien, éramos amigos… y al siguiente no me respondía los mensajes, me ignoraba en la escuela… Nos cruzábamos en los pasillos y hacía como si yo no existiera, como si fuera una especie de fantasma.
Un largo silencio siguió a la confesión de Jordan. Abby miró de reojo a Dan.