Henry Cloud

Los cambios son necesarios cuando no hay esperanza.

Yo invertí en lo que siempre invierto: las personas. En todas esas inversiones, conocía a los líderes y sus equipos de trabajo, su historial y su carácter. En ellos invertí, no en las empresas.

Te presento nueve factores que te ayudarán a determinar si el mañana será diferente al presente: participación evidente en algún proceso comprobado de cambio, estructura adicional, sistemas de monitoreo, experiencias y habilidades nuevas, motivación autosostenible, reconocimiento de la necesidad, apoyo, ayuda especializada y una medida de éxito previa o actual.

Por lo general, las personas no cambian sin nuevas estructuras.

Cuando no hay madurez ni fortalezas, el impulso natural es alejarse de las situaciones difíciles y novedosas. Monitorear siempre es crucial para el éxito.

Si esperas que alguien tenga éxito en el futuro, aun cuando su pasado no es alentador, busca en la persona el hambre de cambiar el mañana.

Si se trata de tener la esperanza de que alguien cambie, la persona debe reconocer que, en verdad, necesita hacerlo. Debe admitir el problema y reconocerlo como suyo propio.

Las transformaciones ocurren cuando nos rodeamos de personas que respaldan nuestros deseos de cambiar y el crecimiento de nuestra vida personal y profesional.

Todos los sistemas que son exitosos para lograr cambios incluyen un fuerte componente de apoyo de otras personas.

La razón por la cual nuestra estancada empresa pudo ponerse en marcha fue el resultado de una ley de la física: la entropía o incertidumbre se incrementa o las cosas empeoran con el paso del tiempo, si se encuentran en un sistema cerrado. Sin embargo, si abres el sistema y traes una nueva fuente de energía o una estructura basada en la verdad que dirija esa energía, las cosas pueden cambiar. La incertidumbre se puede revertir.