Anne Brontë

La verdad es —añadió— que le está cogiendo el gusto a la comodidad. Siempre es fácil encontrar excusas para no cumplir con el deber de uno».

Ese mismo amor era la causa de su gran tormento: era por nosotras por lo que había deseado tan ardientemente aumentar su fortuna, era la

Todas las historias verdaderas contienen una enseñanza aunque en ocasiones el tesoro sea difícil de encontrar y, una vez encontrado, resulte tan insignificante que el fruto seco y arrugado apenas compense el trabajo de romper la cáscara.

Un carruaje y una doncella eran cosas muy convenientes, sí, pero, gracias a Dios, tenía pies para caminar y manos para atender sus propias necesidades.

Un carruaje y una doncella eran cosas muy convenientes, sí, pero, gracias a Dios, tenía pies para caminar y manos para atender sus propias necesidades.

Mi padre conocía demasiado bien las extraordinarias cualidades de mi madre para no darse cuenta de que ella sola constituía una valiosa fortuna,

Aunque la riqueza tuviera atractivos, la pobreza no infundía terror en una muchacha sin experiencia como yo.

Cuanto mayores fueran nuestras dificultades y duras nuestras presentes privaciones, mayores serían nuestra alegría para soportar las primeras y nuestro vigor para luchar contra las últimas

era la idea de nuestro bienestar la que había dado alas a sus esperanzas y la que ahora le amargaba.

Mi madre, como todas las mujeres activas y eficientes, no supo criar hijas muy activa