No hay nada con lo que menos pueda rozarse una obra de arte que con palabras críticas: al hacerlo siempre surge algún malentendido más o menos afortunado. Las cosas no son todas tan palpables ni tan expresables como querrían hacernos creer la mayoría de las veces; la mayor parte de los acontecimientos son indescriptibles, se desencadenan en un espacio que jamás ha pisado una sola palabra, y lo más indescriptible de todo son las obras de arte, existencias misteriosas, cuyas vidas perduran junto a la nuestra, que acaba por desaparecer.