Un viaje a México me impulsó a la relectura de Primero sueño, de sor Juana Inés de la Cruz, y me situó ante la enorme importancia de dicho poema en la historia de la literatura universal, de modo que, a pesar de su extensión, ahora lo he incorporado también al libro. Se trata de una obra que parte de la ciceroniana El sueño de Escipión —ampliamente estudiada por Macrobio, inspiradora del Iter Extaticum, de Athanasius Kircher, y de la Divina Comedia de Dante, entre otras—, cuya raíz se remonta hasta el mismo Platón (el mito de Er, que aparece en la República). Es el relato de un sueño de Anábasis, es decir, uno de los sueños de ascenso, en el cual el alma, liberada del cuerpo, adquiere facultades superiores que le permiten comprender los secretos ocultos del universo