Pol Guasch

Entonces un día llega el amor y ya solo puedes decir: antes de todo, antes de todo eso. O después, después de todo eso. Y todo eso es el amor.

Los incendios no hacen daño porque lo destruyan todo, sino porque nunca destruyen lo suficiente.

estoy convencido de que mi cuerpo minúsculo, acurrucado en una esquina oscura del vientre de mi madre, era incapaz de despertar ningún sentimiento.

somos porque los demás nos recuerdan:

es fácil olvidarse de un lugar que no tiene nombre.

porque uno siempre se arrepiente más de las cosas que no ha hecho que de las que ha hecho

que el silencio no consiste en la ausencia de ruido, sino en encontrar el rincón exacto en el que descansar el alma y el cuerpo, como ahora, y de intuir sin saber.

Y seguramente esta historia mía sirve para explicar que, cuando alguien se te acerca y te dice que no crezcas tan deprisa, que el vigor y la belleza desaparecen muy deprisa, cuando alguien se te acerca y te dice eso, debes saber que tiene razón.

Alguien que vuelve a casa después de un día demasiado largo y mira al cielo antes de abrir la puerta, como pidiendo un deseo

somos porque los demás nos recuerdan: