Puedo notar unas ojeras debajo de sus ojos y eso me pone triste. No paraba de trabajar. Me da lástima saber que mientras disfruto de mi adolescencia, mi padre se rompía el trasero trabajando. Y por más que pienso que fue él el que decidió ensimismarse en el trabajo, la culpa sigue estando en un lugar escondido de mi pecho.