Svenja Leiber

  • Talia Garzahas quoted15 days ago
    Culpa del tiempo —dice de sí misma—, el verano es bueno, pero el invierno es como es —y baja la mano porque Ruven entra entonces en la cocina y pone el dinero de la señora Klunkenhöker sobre la mesa sin despegar los labios.
  • Talia Garzahas quoted15 days ago
    Y es verdad que no lo parece, pero se tomó tan a pecho que lo confundiesen con un puerco montés que de su boca ya no salen más que porquerías, sobre todo cuando sopla del este y la bala del hueso le relata historias.
  • Talia Garzahas quoted15 days ago
    Sólo cuando Joseph le habló de ello comenzó a sospechar que no es así todos los días, que también existen notas incoloras y que hay motivo para alarmarse si, nada más comenzar a cantar una moza o un mirlo, apenas el tenedor tintinea en el vaso, uno se ve envuelto por un abigarrado torbellino de pasos danzarines. Y torbellino es lo que más tarde experimenta mientras los murciélagos revolotean rozando las cabezas. Se halla con John y sus padres en la parte más retirada de la plaza donde Joseph está tocando. No menos tenso que su arco, el violinista curva la espalda y balancea el violín como si la música estuviera obligada a desplomarse sobre el instrumento. Y Sofie va girando con tal éxtasis de tacones y caderas que los hombres se calan los sombreros para esconder sus ojos en la oscuridad. Nils Preuk se aparta.
  • Talia Garzahas quoted15 days ago
    Desde lejos ya ve los carromatos con las puertas cerradas y las cortinas corridas. Sólo una de las chimeneas despide humo. Joseph está preparando café de bellota. Para darle una alegría se le regala torrefacto del auténtico, pero los campesinos son cicateros. En realidad lo odian porque no es de allí y echa las cartas y por arte de birlibirloque se saca de la manga el futuro de la gente. ¡
  • Talia Garzahas quoted15 days ago
    saca de la manga el futuro de la gente. ¡Además está el espeluznante teatro de sombras! El hombre, por otro lado, tiene historias que contar, compra heno y otras hierbas y sabe hacer música, eso lo oye cualquiera. Joseph pasea la taza por debajo de su nariz y la mira con un mirar razonablemente satisfecho.
  • Talia Garzahas quoted15 days ago
    savia de abedul vale lo suyo, es traslúcida y muy dulce. Joseph sonríe contento. Toma la botella, la gira y asiente:
  • Talia Garzahas quoted15 days ago
    —Ha venido ese Joseph a dejártelo. «El Señor lo ha bendecido con la música, no lo estropeéis», nos ha dicho.
  • Talia Garzahas quoted15 days ago
    La madre toma el violín del clavo y lo pone sobre la manta. Ruven pellizca las cuatro cuerdas sin mirar: SOLedad, REcuerdo, LAmento, MIlagro. Siente el tacto del barniz. Acaricia con los dedos la voluta y el liso mástil.
  • Talia Garzahas quoted15 days ago
    —Dios mío, Nils —dice más tarde el pastor; sus ojos saltones acusan perplejidad—. Si al menos hubiera sido por mandato divino, como hizo Abraham cumpliendo un precepto, o por el cordero, ¿pero por una cabra alemana? ¿Por qué te portas como un salvaje? Has de ser manso. ¿O crees que Carlomagno combatió por gusto a los bárbaros gentiles? —el pastor adopta una cara piadosa frunciendo levemente los labios y meditando un poco sobre Carlomagno antes de untar su gofre con compota de frambuesa, que se le escurre por todos lados.
  • Talia Garzahas quoted15 days ago
    —No debes preguntar nada al bastón —dice el clérigo con severidad.
    Pero ya los primeros goterones caen sobre el camino. Mamá Preuk le alcanza un paraguas. Sonríe con inocencia.
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