Lol Tolhurst

Depeche Mode y The Cure tienen mucho en común: son dos bandas originarias de «ciudades nuevas», nosotros de Crawley, ellos de Basildon, los dos tenemos mucho éxito en los Estados Unidos, cosa que no sucede con otros compañeros como, por ejemplo, Echo and the Bunnymen. A lo largo de los años también hemos compartido componentes como los canallas hermanos Bamonte: Daryl y Perry, que tuvieron sus estadías respectivas con The Cure —Perry— y Depeche Mode —Daryl—. No podíamos imaginar que las dos bandas esa noche íbamos a intimar más.

El año siguió avanzando y llegamos a la ciudad de Orange en la Provenza francesa. Tocamos en el Theatre Antique, un anfiteatro de la época romana. Habíamos decidido que, ya que estábamos tocando a ese nivel y especialmente en un escenario tan maravillosamente evocativo, teníamos que documentar la actuación. Le pedimos a Tim Pope que lo filmara, nos sentíamos cómodos con él y sabíamos que sería capaz de captar la esencia del concierto del grupo en vivo. Creo que hizo un trabajo admirable y que toda la película (porque es una película, se pensó para ser proyectada en los cines) funciona en diferentes niveles para expresarlo.

Grabamos en dos días, el primero durante el concierto con el público y el segundo volvimos a tocar pero sin nadie delante para obtener los primero planos y otros enfoques difíciles de hacer durante la actuación. Antes del concierto del primer día filmamos sobre el escenario, en un lugar bastante alto donde había una estatua. La única manera de quedarse al lado de ella era a través de un suelo de madera que parecía muy precario. Eso explica porque nuestras caras al principio de la película muestran un poco de terror mientras saludamos desde un lugar tan inestable. Me parece que fue otro de los trucos de Tim para incomodarme y capturarlo para la cámara. Estoy seguro de que sustituyó el suelo real por otro peor para generar el «efecto cinematográfico» deseado.

La actuación empezó con una sorpresa; Robert había decidido cortarse su melena puntiaguda que lo distinguía, y dio el concierto con un corte de pelo muy impactante. Los fans probablemente recuerdan el momento en que empezó el concierto cuando subimos al escenario y Robert llevaba una peluca que Simon le quitó con un gesto teatral. El público necesitó unos momentos para identificar que el tipo raro de pelo corto que iba maquillado era Robert. Fue un aporte más sublime a la atmósfera alucinatoria de la película. Me recuerda a Live at Pompeii, pero un poco más a la izquierda en el mapa que el de Floyd.

Era nuestra primera vez en Argentina y The Cure nunca ha hecho conciertos cortos

The Cure genera una gran lealtad y es porque sus seguidores saben que la banda siempre está de su lado y que forma parte de su vida. Por eso la gente se compromete tanto con The Cure.

Un día, la cara amable y preocupada de Porl me sacó de mi ensoñación.

Me vino una imagen a la cabeza: estar allá de pequeño con mi abuela, envuelto en su abrazo de lana y lavanda mirando el mar.

The Cure, los chicos imaginarios, creadores virtuales de la música alternativa, fundadores de una hermandad mundial basada en el diferencia y, como una vez, muy atinadamente dijo Robert Plant, «la última gran banda inglesa de rock».

En mi exilio californiano, él era mi lazo de unión con mi punto de partida y un triste recordatorio de lo que podría haber sido de mí si no me hubiera protegido el universo

Las fuerzas descarnadas que nos habían obligado a separarnos estaban olvidadas, todo el dolor y las heridas causadas se habían evaporado y lo único que quedaba éramos Robert y yo, esperando a que amaneciera; dos chicos imaginarios paseando por la playa.

Entonces tuve la certeza de que nada de esto —el libro, el viaje de vuelta desde la destrucción— tenía que ver conmigo o con Robert. Era sobre eso que hemos entregado y que ha cambiado la vida de tanta gente y que también lo ha hecho con la mía. The Cure.