Silvia Moreno Parrado

Sean cuales sean tus planes, recuerda que los cráneos de verdad no son adornos kitsch de Halloween: han pertenecido a un ser vivo. Pero, suponiendo que tus intenciones sean buenas, tienes que superar tres grandes obstáculos antes de llenar de gominolas la calavera de papá y ponerla sobre la mesita de café: papeleo, control jurídico y esqueletización

necesitaba tomar el mando, imponer su propia versión del orden sobre el caos que había visto engullir a tantos seres queridos. Para ella el caos era natural e inevitable y, como la arcilla, podía moldearse y dirigirse.

La gente inteligente y ambiciosa que, al mismo tiempo, está enganchada a obsesiones raras puede ser peligrosa.

De hecho, nunca había visto un matrimonio del que me hubiera gustado formar parte. Debe de haber buenos matrimonios en algún sitio, pero a mí el matrimonio me hacía pensar en gente que se toleraba y se aguantaba por miedo a la soledad o porque cada una de las partes suponía para el otro una costumbre que no se podía abandonar del todo.

Solo los recuerdos ya deberían suponer una carga excesiva.

Todos necesitamos sueños (nuestras fantasías) que nos sustenten en épocas difíciles. No tiene nada de malo, siempre que no empecemos a confundir las fantasías con la realidad, como le pasó a ella. Parece que en ocasiones dudaba de sí misma, pero nunca llegó a dudar del sueño, nunca llegó a dudar de Semilla Terrestre. Al igual que mi padre, yo no estoy tan segura de ninguna religión. Resulta extraño, teniendo en cuenta cómo me crie, pero es así.

Aquí todavía puede nacer vida a partir de la muerte.

La criatura que llevamos dentro
conoce el paraíso.

La gente inteligente y ambiciosa que, al mismo tiempo, está enganchada a obsesiones raras puede ser peligrosa. Cuando aparece alguien así, es inevitable que altere las cosas.

Sin persistencia, lo que queda es el entusiasmo del momento. Sin flexibilidad, lo que queda puede canalizarse hacia un fanatismo destructor. Sin una obsesión positiva, no hay nada de nada.