Respira profundamente: inhala por la nariz y exhala por la boca. Ten en cuenta que bajar el ritmo podría sentirse un poco raro. Disfruta de esa sensación. Está bien. Es una señal de que justamente es el momento perfecto para estar contigo, en ti, en el presente.
· ¿Puedes hacer que toda tu cara se relaje? ¿Puedes dejar que tu lengua pese y esté quieta en tu boca? ¿Tienes los hombros sueltos, flojos? ¿Tu abdomen está relajado?
· Ahora observa. Empieza con tres cosas que tengas a simple vista. Puede ser lo que sea: ese libro, aquella silla, la ventana que tienes enfrente.
· Junta tu dedo índice con tu pulgar y presiónalos mientras dices el nombre de cada una de esas cosas en voz baja.