Tratando de comprobarlo, busco el primer reflejo en el hecho mismo de escribir estas líneas durante el verano de 2017: justamente el intermedio entre el bicentenario de la reunión en Villa Diodati, Ginebra, que la noche del 15 de junio de 1816 dio pie a la aparición de Frankenstein, por un lado, y el del 1 de enero de 1818, por otro, en el que la obra vio la luz, en Londres, por vez primera (aunque en una edición tan mínima, clandestina y poco profesional por parte de los editores Lackington, Allen & Co. que hubo que lanzar otra más seria el 11 de marzo de 1818, fecha que muchos prefieren considerar la oficial).