Katee Robert

Así que te follaste a mi papá".

Le doy una pequeña sonrisa viciosa. "No eres el único que lo llama papá ahora".

"Jesús, Lily." Sacude la cabeza, luciendo como si no pudiera decidir si reír o empezar a gritarme. Finalmente se endereza.

Así que te follaste a mi papá".

Le doy una pequeña sonrisa viciosa. "No eres el único que lo llama papá ahora".

"Jesús, Lily." Sacude la cabeza, luciendo como si no pudiera decidir si reír o empezar a gritarme. Finalmente se endereza.

“Sería jodido si me quedara en mi habitación principal mientras tú tocas ese lindo coño. Sería un monstruo si hubiera visto todo el asunto y me hubiera jodido la mano mientras fingía que eras tú ".

Si se te rompe un jarrón bonito, es bastante fácil comprar otro para reemplazarlo.

En esta sala no tengo ni un solo amigo; solo gente que quiere utilizarme como trampolín para abrirse camino y obtener más poder, cueste lo que cueste. Es una lección que aprendí pronto y por las malas.

Me llevó todo un mes darme cuenta de que los insultos más despiadados se proferían con sonrisas dulces y palabras de cariño.

Odio las fachadas falsas, los insultos vedados y los cuchillos ocultos tras palabras y sonrisas.

—¿Cómo que no?

—Sé que durante tu privilegiada existencia no has oído muchas veces esa palabra, así que te lo dejaré claro. No. Nein. Nyet. Non. Ni de puta coña.

—Se te ha ido la cabeza.

—Para nada. Soy una mujer decidida. Aprender y adaptarse, Hades.

nada es insignificante en lo que a reputación se refiere.