¿Qué hay en la mano que resulta tan esencialmente humano? En cierto sentido, la respuesta debe de ser que la mano es una conexión visible entre nosotros, una firma de quiénes somos y qué podemos alcanzar. Nuestra capacidad para agarrar, para construir y para hacer realidad nuestros pensamientos se encuentra en el interior de este complejo de huesos, nervios y vasos sanguíneos.