Nací con la idea de que tenía que ser perfecta en todas las cosas, porque muy en el fondo sentía que no era buena en nada. Toda la vida mi cerebro ha enviado falsas señales de advertencia, constantemente me dice que no soy perfecta, que he fallado. Mi cerebro es daltónico, ve las cosas en blanco o negro, sí o no, correcto o incorrecto, todo o nada. La materia gris entre mis oídos no puede discernir que hay matices en la vida, que el mundo no es una clase en la que te califican como aprobado o no aprobado.
Asi me siento