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Una obra maestra lo es por su atemporalidad, quizá al publicarse por primera vez se diga que está adelantada a su tiempo, o sea censurada por la claridad y crítica de su época, pero si sigue siendo pertinente y acertada doscientos, quinientos años después, es que esa obra es universal, es del mundo, es el legado que la humanidad va dejando a su paso, efímero pero a la vez eterno inscrito en libros, arquitectura, el arte en general. Almas muertas es definitivamente una obra maestra, no sólo por haber retratado a la sociedad de su tiempo, sino por haber descrito al ser humano con sus luces y sus sombras, que han iluminado y oscurecido desde siempre y para siempre nuestra "gran canica azul"...
Se trata de un libro relativamente breve. En numerosas ocasiones resulta gracioso, especialmente las cartas escritas por la mascota que constituyen la mejor parte del escrito.
Es curioso observar como, a medida que avanzan los capítulos, se evidencia la decadencia mental del protagonista, particularmente a través de la descripción indirecta de su estancia en un hospital psiquiátrico. Este libro es ideal para aquellos que desean adentrarse en las obras de Nicolai Gogol sin disponer de mucho tiempo para leer ejemplares extensos.
Aunque no se encuentra entre mis libros favoritos, no me arrepiento de haberlo leído; es una obra bastante 'común'.