Ana Montes

Conozco un remedio para todos los males: agua salada
en cualquiera de sus formas. Sudor, lágrimas o agua de mar.

Karen Blixen

Mi abuela siempre decía que el agua de mar es mágica y que todo lo cura, que su sal tiene propiedades misteriosas y que no hay nada como un buen baño de mar para sacarse de encima la mufa.

Todo el mundo tiene una madre en algún sitio.

Conozco un remedio para todos los males: agua salada
en cualquiera de sus formas. Sudor, lágrimas o agua de mar.

Mi abuela siempre decía que el agua de mar es mágica y que todo lo cura, que su sal tiene propiedades misteriosas y que no hay nada como un buen baño de mar para sacarse de encima la mufa

Los animales nos hacemos visibles en el desamparo:
somos luces abismales

Qué pasaría si de la fuerza de su cuerpo se nutriera el mío y yo creciera de golpe y me convirtiera en el refugio de un cuerpo indefenso que depende de mí para sobrevivir. Y es así que ahora fantaseo con estas cosas con las que nunca pensé fantasear. Convertirme en madre pronto. Volverme parte del engranaje del mundo. Contener un pedazo de futuro en mi cuerpo

El pezón está agrietado, me duele, siento que se me va a desprender. Al bebé le cuelgan hilos de leche con sangre de la boca y, dormido y todo, sonríe

Al llegar la tercera década no se puede escapar de pensarse madre o no madre.

escribe sobre la Meditación madre, un ejercicio budista que consiste en encontrar un momento en el que tu madre realmente te amó sin reservas y enfocarse en ese momento para aplicarlo a toda la gente, para darle tu propio amor sin reservas al mundo como si fueras su madre