Me imagino mi ser mujer con el tejido de muchas: con mi madre, mi hija, mis hermanas, mis amigas, mis colegas, con todas aquellas con las que comparto espacio y pensamiento. Como las plantas, somos un coro de voces que en esa colectividad decimos. A veces estamos de acuerdo, crecemos juntas y nos enredamos; otras nos expandimos cada quien a su modo, siguiendo nuestra propia ruta y estrategia pero siempre, siempre con la potencia de todo lo que brota.