Xóchitl Lagunes

Pinche güey, si supiera cómo me pone. Si supiera cuánto me gusta su sonrisa, pero me da en la madre cuando me la dirige porque no sé qué pensar.

Me dan ganas de decirle que cuando está junto a mí es como si despidiera un calorcito que me envuelve.

No puedo imaginarme toda la vida con la cabeza y el piso revueltos cada vez que la persona que me gusta esté cerca de mí.

Qué bueno que WhatsApp no te deja ver cuando alguien piensa escribirte y al final se arrepiente.

Releí muchísimas veces nuestro chat para asegurarme de haber entendido bien.

Algunas ahí en los oídos, otras en las yemas de los dedos, otras más en la garganta.

Separa los labios y deja ver sus dientes. Pinche güey, si supiera cómo me pone. Si supiera cuánto me gusta su sonrisa, pero me da en la madre cuando me la dirige porque no sé qué pensar.

Mi cuerpo lo sabe también, sabe todo del tuyo, aunque no quieras acercarte. No, aplácate, Santiago, o tu cuerpo quetodolosabe te va a traicionar.

Antes yo era igual que las otras personas, pero desde que me di cuenta de que Manuel es muy inteligente trato de ser más listo, por eso empecé a leer.

—Quihubo, Santi. ¿Llevas mucho esperando? ¿Me extrañaste?