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Martha Asunción Alonso

  • Breny Monzónhas quoted10 months ago
    —Dinos, ¿cuándo vendrás con nosotros? ¡No tardes, padre! En verdad, la muerte es la mejor parte de la vida.
  • Librofertashas quotedlast year
    Los muertos solo mueren si dejamos que perezcan en nuestros corazones. Pero mientras sigamos queriéndolos y respetando su memoria, mientras continuemos depositando sobre sus tumbas sus guisos preferidos, y nos retiremos periódicamente para honrarlos, mientras hagamos todo eso, seguirán con vida. Estarán ahí, a nuestro alrededor, por todas partes, sedientos de recuerdos y de cariño. Solo bastarán un par de palabras para invocar su presencia y sentir el abrazo urgente de sus cuerpos invisibles, siempre impacientes por sernos útiles
  • Alejandra Arévalohas quoted2 years ago
    La desdicha, como la felicidad, es una costumbre que adquirimos al nacer y de la que nunca podemos deshacernos
  • Cristinahas quoted2 years ago
    ¿Existe en la Tierra algún lugar amable con las mujeres solas?
  • Elisa Dlhas quoted2 years ago
    ¿Qué hacer con el pasado? Es un cadáver del que cuesta deshacerse. ¿Debemos embalsamarlo, conservarlo idealizado y permitir que dirija nuestro destino? ¿Debemos enterrarlo sin honores, deprisa y corriendo, para así olvidarlo por completo? ¿Debemos metamorfosearlo?
  • Elizabeth Alvarez Joséhas quotedlast year
    yo era hija de su voluntad y también de su imaginación. Hija de su amor.
  • Elizabeth Alvarez Joséhas quotedlast year
    Algún día seremos libres, abriremos las alas de par en par y regresaremos volando a nuestro país de origen.
  • Elizabeth Alvarez Joséhas quotedlast year
    Man Yaya me enseñó el mar. Las montañas y también los cerros.

    Me enseñó que todo está vivo y que todo posee un alma, un aliento. Que todo ha de ser respetado. Que el hombre, en realidad, no es ningún amo que recorre su reino a caballo, libre de hacerlo.
  • Elizabeth Alvarez Joséhas quotedlast year
    Los muertos solo mueren si dejamos que perezcan en nuestros corazones. Pero mientras sigamos queriéndolos y respetando su memoria, mientras continuemos depositando sobre sus tumbas sus guisos preferidos, y nos retiremos periódicamente para honrarlos, mientras hagamos todo eso, seguirán con vida. Estarán ahí, a nuestro alrededor, por todas partes, sedientos de recuerdos y de cariño. Solo bastarán un par de palabras para invocar su presencia y sentir el abrazo urgente de sus cuerpos invisibles, siempre impacientes por sernos útiles.
  • Elizabeth Alvarez Joséhas quotedlast year
    Man Yaya me enseñó las plegarias, las letanías y los gestos adecuados con los que hemos de tratarlos. Me enseñó a deshacerme de mi envoltura humana a voluntad y a ser como un pájaro en el árbol, me enseñó a ser un insecto entre la hierba seca, una rana croando en el río Ormonde. Pero, sobre todo, me enseñó cómo realizar los sacrificios. Con sangre. Con leche. Con líquidos esenciales.
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