Marie Benedict

Sabía que ya antes me había aventurado a escribir —le había explicado que después de que mis aspiraciones en la música fallaron, el escribir llenaba ese vacío de modo agradable, con su cadencia y su flujo no muy distintos a cuando ejecutaba música—, pero hacía tiempo que no se lo mencionaba.

—¿Por qué tendría que enojarse porque escribo? No es algo que afecte su existencia cotidiana de ninguna forma. Sigo preparando sus comidas y ceno con él todas las noches. La casa y su guardarropa están limpios y Rosalind está muy bien atendida. Mi escritura es una parte invisible en nuestra vida.

La euforia que Archie había empezado a rogarme que contuviera era con la que ahora él contaba para que ambos saliéramos bien librados en estos eventos. Pero el programa no era lo que me cansaba, sino la constante banalidad de la gente. Era la misma razón por la que me apartaba y escribía historias, en lugar de socializar con otras madres y esposas en mi vecindario de Londres.

decidí respetar los límites de la naturaleza de Archie, su malestar con toda esta emoción, y perdonarlo. Me dije que una buena esposa debía complacerlo sin importar su propia situación, y yo deseaba desesperadamente ser una buena esposa.

—No es nada de lo que debas preocuparte, Rosalind —dije mientras me ponía de pie con la ayuda de Charlotte—. No tiene nada que ver contigo. No te preocupes.

—Oh, lo sé, mamá —respondió con confianza y seguridad—. Después de todo, papá a mí me quiere, pero a ti no mucho.

—¿Cómo pude? ¿Cómo pudiste tú? ¿Cómo pudiste tener una relación con Nancy Neele? ¿Cómo pudiste dejarme sola con mi dolor por mi madre, sin una pizca de emoción, y después usar esa pena como excusa para tu amorío? ¿Cómo pudiste abandonar a tu familia después de haberme pedido tanto? —pronuncio todas estas preguntas de forma tranquila, expresando claramente la ironía de su pregunta.

Mataste a la mujer inocente que yo era, la que creía que tenía un matrimonio feliz y una vida familiar agradable, a quien modeló toda su existencia alrededor de ti y de tu felicidad. Es igual que si hubieras cometido un asesinato.

¿por qué organicé mi desaparición?

Archie entrecierra los ojos mientras me evalúa, y por primera vez se da cuenta de quién soy, de todo lo que soy capaz y de mi determinación. No me sorprende su reacción. Solo hasta hace poco yo misma comprendí la fortaleza de mi poder. ¿Cómo esperar que Archie, con su forma tan limitada de ver la vida, comprendiera mi capacidad antes que yo?

nunca me hubiera levantado de mi lecho de muerte para renacer como la nueva persona fuerte en la que me he convertido estos últimos meses. No solo te hubieras llevado mi verdadera naturaleza, sino que me hubieras arrebatado mi reputación y, lo más importante, me hubieras quitado a mi hija.