Evita advertía allí un problema que aquejaba a las madres de familia como “el único trabajador del mundo que no conoce salario, ni garantía de respeto, ni descanso alguno”, bajo el pretexto de que esas labores pertenecen “a la esfera del amor... ¡y lo malo es que el amor muchas veces desaparece pronto en el hogar!”. Por eso las motivaba a conseguir cierta independencia económica, lleg