Lauren Asher

Soy demasiado soñadora y todavía creo en cuentos de hadas y en que existe la posibilidad de que aparezca un duque y se case conmigo.

Porque sí valgo la pena, y nadie va a volver a convencerme de lo contrario.

Ahora que te tengo, nunca te dejaré ir.

Mamá se ríe. —Oh, de enemigos a amantes. Qué bien. Es una gran historia para contar a la gente cuando te pregunten cómo te enamoraste.

Después de veinte minutos, me vuelvo hacia ella, observando su perfil dormido.

Nunca se lo diría, pero es una de las mujeres más bonitas con las que he estado.

—Ve a dormir. Yo vigilaré a los malos.

Bueno, eso lo resuelve. Lástima que todo el mundo sabe que Jax Kingston está enamorado de mí, excepto el propio hombre.

—El mañana no está garantizado, así que mejor hago del hoy mi perra.

El chasquido de los tacones atrae nuestra atención hacia la parte superior de la escalera.

Elena se agarra al dobladillo de su vestido verde. Baja las escaleras, el material se adhiere a sus curvas de la mejor manera. El tipo que te hace la boca agua,

—¿Jax?

—Mm. —Su pecho retumba debajo de mí.

—Creo que me estoy enamorando de ti. —Las palabras salen de mis labios en un tenue susurro.

Se queda callado durante un buen minuto. Vacilo, pero me aprieta más contra él. —¿Elena?

—Mm. —Lo imito.

—Yo estoy seguro de que ya me enamoré.