¿La vida humana tiene un telos?
Aristóteles pensaba que sí. Pensaba que el telos de la vida humana es la felicidad, un elemento de disputa con otros filósofos a lo largo de la historia de la humanidad. San Agustín, siete siglos después, diría que el telos de la vida es amar a Dios. Para un existencialista del siglo XX como Martin Heidegger, el telos del hombre consiste en vivir sin negar la condición humana, especialmente la muerte. ¿La felicidad? ¡Qué cosa tan superficial!