bookmate game
es

Rohan O'Grady

  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Vaya niña tan extraña esa Christie. Aunque era educada y obediente, tenía unas ideas demasiado rotundas sobre el mundo. Necesitaba jugar con otros niños, niños normales, que armasen alboroto y esas cosas. Como Barnaby
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    No tienes hermanos ni hermanas, Christie, y no estás acostumbrada a compartir las cosas. Tendrás que aprender. Y tú y ese muchachito tendréis que aprender a ser amigos. De lo contrario, te sentirás muy sola aquí
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Pero solo unos padres desconsolados como ellos podían comprender que era imposible que Dickie los abandonara para siempre. Habían tenido fe, a su manera, fe en que él volvería, y ahora sus oraciones habían sido por fin escuchadas
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Los humanos. ¡Ellos le habían hecho eso! Junto con los perros, los humanos eran lo que más odiaba en el mundo. Profundamente corrompidos, ¡todos ellos! ¿Perseguían los pumas a los hombres con armas y perros? ¿Acorralarían cuarenta pumas a un hombre, lo herirían, y lo despedazarían si tuvieran oportunidad de hacerlo?
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    El señor Rice-Hope, el dulce resultado de cinco generaciones de abnegados clérigos, pensó para sus adentros que el sargento Coulter estaba siendo demasiado duro con el muchacho. Obviamente, el niño necesitaba amor, no disciplina. ¿No había dicho eso Gwynneth esa misma mañana?
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Ya que él no iba a levantarse por ella, fue ella quien se arrodilló ante él. Tratar con niños se reducía básicamente a elogiar y a amar, a elogiar y a amar
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Pero el rebosante amor cristiano de Gwynneth Rice-Hope no estaba dirigido a él, sino al niño que se encontraba al pie del monumento
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Pe-pe… ¡perra estúpida!
    Dio una patada a las canicas y salió corriendo.
    La cara del policía se oscureció. En un instante, el disciplinado sargento Coulter se desvaneció y un rectísimo Albert ocupó su lugar. No iba a permitir que nadie le hablara así a ella
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    Hay lugares llamados reformatorios, Barnaby. Tú sigue así y acabarás en uno. ¿Se puede saber por qué la has insultado de ese modo? Lo único que ha dicho es que iban a escribir a tu tío para decirle que eras un buen chico. ¿Y qué te he dicho de decir groserías
  • Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
    ¿Por qué rompiste todas esas malditas ventanas? ¿Por qué pintaste al condenado Duque de Hierro? ¿Qué demonios te pasa? ¿Por qué haces esas cosas?
    —Ella me dijo que lo hiciera. Christie. Es culpa suya
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)