Ellas también sufren
Aunque por lo general son las personas que rodean a alguien con TLP las que sufren sus acciones, la realidad es que la madre TLP también sufre. Vivir una vida con un continuo huracán de emociones en su interior no es en absoluto divertido.
Cuando su enfermedad no es detectada ni tratada, el paciente vive una vida miserable y solitaria, ya que las personas que alguna vez le demostraron su amor y le dieron sostén a la larga se irán o se alejarán por culpa de su actitud tóxica. Tiene patrones de pensamiento muy distorsionados que le hace estar siempre en conflicto con ella misma y con su entorno. Una madre con TLP no se propone intencionalmente herir a sus hijos, sino que es a su vez víctima de sus traumas pasados.
No muchas personas, incluidas su familia y amigos, comprenderán que el sufrimiento emocional de una víctima TLP es casi tan intenso como el dolor físico. Muchos creen que el comportamiento de una persona con TLP es deliberado, egoísta y una manera de atraer la atención sobre sí, lo que explica por qué hay un ciclo de emociones y creencias negativas.
El trauma que estas víctimas TLP atraviesan muchas veces es tan intenso que llegan a