El poder ofende pues genera jerarquías que naturalmente no existen. Tomemos el caso del amo y del esclavo. ¿Qué sería del amo sin el esclavo? El amo no sería amo, sería sólo un igual. Para el esclavo no es necesario el amo, pero para el amo sí es necesario el esclavo. El amo se des-vive por ser amo, el esclavo se contenta con ser libre. Es así como el poder genera dependencia. El esclavo puede ser libre (naturalmente lo es) pero el empedernido buscador de poder jamás lo será pues no puede salir del círculo en que se ha metido. Cuando no queden ya esclavos por conquistar su poder le ordenará poseer algo más, buscara entonces ser amo de amos y así sucesivamente.