Mónica Müller

Todo lo que no tiene marca es saludable. Esa es la mejor síntesis que se me ocurre ante la pregunta inevitable de los pacientes desorientados, y entonces enumero siete alimentos fenomenales que cumplen esa ley: carne, pescado, huevos, verduras, frutas, cereales y semillas. De casi todo el resto se puede prescindir sin problema y ahorrando muchísimo dinero.

a industria de la alimentación se ha fundido con la de los medicamentos y ese nuevo ser bicéfalo ha implantado una fantasía de vida saludable en el lugar que antes ocupaban los alimentos reales.

La intención de curarse y purificarse a través de los alimentos ha derivado en una forma de religión pagana con una deidad omnipresente: el agua.

Respirar, tomar agua y soltar, sea lo que sea que eso signifique, parece ser la fórmula infalible para alcanzar el estado saludable, relajado y silvestre al que nuestra sociedad desnaturalizada aspira

También la muerte era más natural antes que ahora y no se la escondía en el fondo de un servicio de terapia intensiva. Era común que los enfermos se murieran en su cama, y una vez muertos sus cuerpos no se tercerizaban, los velorios se hacían en la casa.

Todo lo que no tiene marca es saludable. Esa es la mejor síntesis que se me ocurre ante la pregunta inevitable de los pacientes desorientados, y entonces enumero siete alimentos fenomenales que cumplen esa ley: carne, pescado, huevos, verduras, frutas, cereales y semillas. De casi todo el resto se puede prescindir sin problema y ahorrando muchísimo dinero.

Percibo cómo la fe ciega que han depositado en el poder curativo de la naturaleza se va desvaneciendo de su rostro mientras les recuerdo que el cianuro, el arsénico, el plomo, el mercurio, el cadmio, la estricnina, las toxinas de los moluscos, del pez globo y de los hongos, los venenos de las arañas, de las avispas y de las serpientes son sustancias letales que la naturaleza nos ofrece a manos llenas.

Todo lo que no tiene marca es saludable. Esa es la mejor síntesis que se me ocurre ante la pregunta inevitable de los pacientes desorientados, y entonces enumero siete alimentos fenomenales que cumplen esa ley: carne, pescado, huevos, verduras, frutas, cereales y semillas. De casi todo el resto se puede prescindir sin problema y ahorrando muchísimo dinero.

Está claro que la industria de la alimentación se ha fundido con la de los medicamentos y ese nuevo ser bicéfalo ha implantado una fantasía de vida saludable en el lugar que antes ocupaban los alimentos reales. Light, descremado, bajas calorías, 0 grasas, detox, son embelecos que han proliferado por la demanda de lo natural y saludable, cuando en realidad significan industrializado, superprocesado, desnaturalizado y atiborrado de conservantes, colorantes, edulcorantes y aditivos.

Si nos preguntan, diremos que elegimos nuestros alimentos libremente, pero en realidad son la prensa y la publicidad quienes nos enseñan a comer, y las redes sociales las que difunden la información para que todos piensen lo mismo al mismo tiempo.