Kabir dice: «El amor no se hace realidad con palabras». Si me voy a comprometer, tengo que hacerlo con mis actos, no sólo con el pensamiento. La práctica diaria de conexión intencionada con la historia de otra persona me puede ofrecer a mí, lectore atente, un vivo ejemplo de cómo acercarse a un intercambio sin ser explotadore, violente o egoísta.