Pues ¿qué miserable y deplorable mundo era este, qué colosal desbarajuste, que obligaba a morir tan joven, que, simplemente, obligaba a morir? ¿Y por qué él? ¿Por qué de esta manera? Se llevó el pañuelo a los ojos, pero no para secarse las lágrimas, sino para tener algo que agarrar con todas sus fuerzas y poder taparse los ojos, llenos de fuego, no de agua.