Es increíble como trata la autora el tema tan complejo de la muerte y de los problemas familiares con tanta gracia. Una abuela que acompaña a su nieta en la difícil tarea de comprender cómo encarar las dificultades de la vida de una manera amorosa y divertida. Lo único que tuvo que hacer fue estar presente, escuchar, jugar, contarle. Ojalá todas aprendiéramos así a luchar.