Diferentes modelos neuronales sitúan a la corteza cingulada anterior como el área más involucrada en la tenacidad y la perseverancia. No tanto porque ayude a sostener la ejecución de una tarea, eso lo haría la corteza frontal, sino porque establece qué es prioritario frente a qué. Para ello la corteza cingulada integra la información que recibe de la interocepción, es decir de las vísceras, con las sensaciones corporales. Dicha zona sopesa el coste neuronal previsto con las recompensas. Si predice una ganancia involucrará mayores recursos neuronales a la ejecución de la tarea en cuestión.