Venado Real

Necesito perdonar y perdonarme,
dejar que se vayan esos rencores
que me tienen el corazón deshecho

Hay corazones a los que,
aunque les entregues el alma,
nada les es suficiente.

Un día me sentí tan querido que se me olvidó quererme a mí mismo.

Uno se cansa de las promesas sin vida
y de los besos sin alma.
Entonces,
dan ganas de un amor honesto,
libre de excusas baratas;
un amor lleno de poesía,
de locura
y de calma.

hay personas que, por más que juraron no hacer daño, terminan lanzando sus dardos.

comienzas a quererte y a valorarte más.

Y si alguien quiere acompañarme que no me juzgue por mi pasado, que se quede a mi lado porque quiere quedarse y que se vaya cuando le sea necesario.

No, no es que ella se sienta demasiado importante, es que ya no es la misma de antes.
No, no es que sea exagerada al caminar, es que ya no se deja pisotear.
Después de verse tan destruida dejó de lamentarse, secó cada una de sus lágrimas y decidió levantarse.
De aquella niña insegura no quedan ni las cenizas: cambió su amargura por una nueva sonrisa.
De aquella niña ya no queda nada: ahora es una increíble mujer. Los golpes de la vida la enterraron, pero también la hicieron florecer.

Pues es mejor sola y tranquila que acompañada y en ruinas.

Duele menos una despedida que sentirse miserable en compañía.

Si ya no queda nada por hacer, me voy. Eso sí: regresar para mí no es ninguna opción.