"Se apresuran a decir el último amén para correr a refugiarse, pues saben que los milagros son extraordinarios, mientras que los rayos se repiten a cada asomo de tormenta."
Tenía la idea de que esto tiraría más a lo detectivesco o de novela negra. Y sí, si tiene esos tintes. Sin embargo, La taza de chocolate es, más que nada, una colección de estampillas de la época colonial, repleta de anécdotas de líos de faldas, disputas territoriales, muertes inverosímiles, e incluso pleitos religiosos donde no falta el humor.
Se nota la investigación detrás: el autor ha escarbado en los archivos judiciales de Guadalajara y retrata la sociedad del siglo XVI con precisa minuciosidad. Aunque pudo haberlo hecho más a conciencia; en ocasiones, el cuento se ponía bueno y, de súbito, terminaba. Muchos argumentos daban para una novela entera, la verdad.
El estilo del autor se camufla como sobrio y al grano, aunque esto da un giro y se vuelve un recurso para trasladarnos con mayor precisión a los escenarios y empatizar más con los personajes.
En fin, estos 10 cuentos se leen de volada, son ideales para amantes de la historia, y aparte resultan refrescantes (he estado leyendo mucha cosa experimental y contemporánea). Realmente pueden limpiar el paladar entre lecturas.