dominante organiza la defensa del capitalismo mediante la ocultación de sus contradicciones inherentes, separando la política de la cultura dado el nivel de desarrollo alcanzado de fuerzas productivas. En política, la clase dominante recurre a medidas reformistas para contener el movimiento obrero, mientras que en la esfera de la cultura organiza la “banalización de los hallazgos subversivos y los difunde ampliamente una vez esterilizados”