Los tres marineros —qué curioso— tenían los mismos ojos: bobalicones y turbios, siempre adormecidos. Y después dicen que el miedo no se puede disimular
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
No quieres ni a tu propio cuerpo. Cuando dices «yo», se te llena la boca. Navegas porque te asusta la tierra firme. Vas de putas porque eres un cobarde. Has superado la náusea por necesidad. Estás lleno de tatuajes. No son más que máscaras. No te los has hecho por fidelidad a la tradición marinera. Todos se tatúan cuando están borrachos y después se arrepienten. Tú fuiste sobrio. Te lo hiciste para poderlo mostrar. Apariencia
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
Quien ha nacido loco no tiene nada que temer.
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
Cambias de barco y tienes que acostumbrarte al balanceo del nuevo. Cada barco posee el suyo. Un marinero mercante se marea en un paquebote. Extraña enfermedad: el único remedio es la tierra firme. Los sordos, los que han perdido el olfato, no se marean. Ni tampoco los locos
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
Llévame de la mano a mostrarme el mundo. El planisferio desgarrado. La geografía perdida entre libros inútiles.
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
Tarde o temprano, el caso es llegar. Otros se ponen en marcha y no llegan nunca
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
Mira, bonito día. Los que se ahogaron ayer hoy se habrán arrepentido
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
No estaba escrito en ningún libro. Lo anotaron después. Como siempre
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
Decidme una cosa, porque estoy hecho un lío. He leído en un libro que quien cojea de un pie, cojea también del otro
Dianela Villicaña Denahas quoted2 years ago
¿Sabes qué estuve pensando anoche durante la guardia? Que para nosotros, los marinos, no hay infierno en la otra vida. Lo vivimos dentro de esta chatarra, antes de morirnos. Estamos perdonados hagamos lo que hagamos