vivir con una incertidumbre crónica constituye un elemento de presión y segrega una respuesta de cortisol más fuerte que vivir con decepción (como, por ejemplo, si nos dicen que no estamos en la lista inicial para la carrera). Cuando se extienden los períodos de incertidumbre, la exposición al cortisol es mayor, lo cual en realidad socava la capacidad del cuerpo para rendir de forma óptima. S