El Ruletista

el Ruletista apostaba contra sí mismo.

los personajes no mueren jamás, viven siempre que su mundo es «leído»

personajes no mueren jamás, viven siempre que su mundo es «leído»

borró de la mente de todos tal y como olvidamos, habitualmente, cualquier cosa que hayamos realizado a la perfección.

siempre me ha estremecido el deseo femenino de acercarse a la muerte, su fascinación por los hombres que huelen a pólvora de forma casi metafísica.

A veces me colma de felicidad la idea de que tal vez Dios no exista.

la escritura no va habitualmente de la mano de la riqueza y de la felicidad

a escritura no va habitualmente de la mano de la riqueza y de la felicidad.

Cuando se trata de sangre, impera el silencio.

Cuando yo haya muerto, mi cripta, mi guarida, seguirá flotando en esa niebla negra y sólida, y llevará estas hojas a ninguna parte para que nadie las lea.