incentivar la lectura crítica, digo, porque hay que distinguir entre difundir el libro y masificarlo, que es como meter ripio en una cabeza; de lo contrario, el remedio puede resultar peor que el analfabetismo. el libro ya no es el LIBRO, el objeto literario que buscamos; ese es apenas un envase, un envoltorio para un embutido heteróclito que la industria editorial lanza, esos lanzamientos tan conocidos, y que corresponden al gran desarrollo de la industria, pero resulta ser inversamente proporcional al crecimiento literario.