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Leslie Jamison

La huella de los días

  • Victoria Victoriahas quoted4 years ago
    «Tenía dos ansias y ambas luchaban entre sí –escribió Rhys en su diario–. Quería sentirme amada y quería estar siempre sola.»1
  • Victoria Victoriahas quoted4 years ago
    Mi yo borracho era como una prima ridícula de la que me sentía responsable, una huésped en el bosque de cuyas acciones era indudablemente culpable, aunque no recordara haberla invitado
  • Roxana Lezamahas quoted4 years ago
    esa chica que quería expresar la inmensidad de lo que sentía y para hacerlo usaba lo que tenía más a mano
  • Rafael Ramoshas quoted17 hours ago
    necesitaba desesperadamente que el mundo pusiera algo de su parte. Me estaba esforzando mucho por encontrar en él algo maravilloso que se me hubiese escapado hasta entonces, algo que justificara la sobriedad. Me volví hacia la belleza y, en el Art Institute de Chicago, busqué ese algo en los vitrales de Chagall, en esos cuerpos de trazo grueso que se inclinan hacia arriba como si fueran a alzar el vuelo, y también en las esculturas de Giacometti, tan delgadas que temías pestañear por temor a que se desvanecieran. Me aferraba a todo sin que nada llegara a importarme realmente. Lo único que me importaba era beber, así como el hecho de no poder hacerlo. «Fijaos en esas escamas de luz –escribí a propósito de algún cuadro– cayendo de unos soles del color equivocado.»
  • Marco Antonio Cervanteshas quoted12 days ago
    El alcohol le concedía la capacidad de ver, pero se la cobraba con un «súbito desbordamiento o un paulatino rezumar».
  • Marco Antonio Cervanteshas quoted12 days ago
    Veían la realidad con más lucidez que el común de los mortales:
  • Marco Antonio Cervanteshas quoted12 days ago
    pero a los de la segunda clase, en cambio, el alcohol les agudizaba los sentidos
  • Marco Antonio Cervanteshas quoted12 days ago
    vislumbraba mi propia vida como algo iluminado desde dentro.
  • Rafael Ramoshas quotedlast month
    Gracias a su padrino, descubrió una cita de G. K. Chesterton que acabó haciendo suya: «Cuán más grandiosa sería tu vida si tu ser empequeñeciera en ella. Te descubrirías bajo un cielo más libre, en una calle llena de maravillosos desconocidos.» Jackson había encontrado un grupo de maravillosos desconocidos, o por lo menos lo bastante maravillosos, en las sillas plegables de incontables sótanos de iglesia repartidos por Nueva Inglaterra, donde compartían vivencias y cambiaban el abandono que brindaba el alcohol por una libertad distinta.
  • Rafael Ramoshas quotedlast month
    Alexander insiste en que los miembros de AA son como diabéticos y que salvar a otros alcohólicos es su insulina. No los describe como santos desinteresados, sino como personas cuya propia supervivencia pasa por sentirse útiles.
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