Un destacado intelectual cubano dijo, que los cubanos “ni renuncian a sus ilusiones, ni aprenden de las desilusiones”, y es que las cosas más trascendentes, un cubano siempre las dice en broma.
La trama de esta novela comienza cuando el protagonista, nervioso, está esperando una guagua que no acaba de llegar y comenzará un largo viaje. Y es que Cuba es como una “guagua” llena de gente. Cuba es la isla de la que quieren marchar cuando están incomodos dentro, y la que añoran cuando no la tienen, por la separación.
Este libro habla de Cuba, de una época de la vida de los cubanos, que es bueno no olvidar y de la que se conoce muy poco. Cubre un período de cincuenta años, pero en diferentes sitios y con diferentes vivencias. “Mejor la memoria, que el olvido”. Habla de los campos de concentración, de la sociedad cubana entre los años sesenta y los noventa, de música y de sexo. Habla de fe y de dudas, de familia y de amistad, de la vida en el exilio del cubano. Habla de Cuba.
Y no encontrará el lector, a pesar de lo que se cuenta en estas páginas odios, ánimos de venganza o rencores enquistados. Lo que sí encontrará es un amor total a esa tierra y a su maravillosa gente.
En lo más profundo, la esencia del relato es un canto a la vida y a la libertad porque “el instinto de libertad del hombre es invencible”