Problematic Summer Romance

"¿Te acuerdas de esa aplicación de música que me hiciste descargar un par de semanas después de que empezáramos a hablar? Querías que escucháramos un podcast sobre remo. Juntos".

—Sí, claro. Tuve que guiarte para vincular nuestras cuentas. Recuerdo que pensé que estabas un poco senil, después de todo.

Su mirada es despectiva. «Puede que esté senil, pero nunca te diste cuenta de que la aplicación requería una suscripción. Me suscribí y te inscribí en el plan. Básicamente, una cuenta conjunta».

Parpadeo. Porque uso esa aplicación a menudo. Todos los días, de hecho. "¿Qué? ¿Has estado pagando por mi música, además de mis anticonceptivos?"

—Aparentemente. Pero la cuenta funciona así… Me envía alertas. Me dice qué estás escuchando.

“Por favor, dime que desactivaste las notificaciones push”.

“Podría decírtelo, pero…”

—Dios mío. —Me tapo la boca. Me río en la palma de la mano—. ¿Por qué?

“Yo… Fue agradable. A veces ponía las mismas canciones que tú, y casi sentía como si estuviéramos juntos”. Se encoge de hombros. El movimiento de sus músculos vibra por todo mi cuerpo. “Me decía a mí mismo: 'Lo desconectaré mañana', pero…”

Pienso en los últimos tres años.

Todas las veces que decidí superarlo.

Todas las veces que me dije a mí misma que el próximo chico que me invitara a salir, aceptaría.

Todas las veces que nunca lo hice.

"Sí", digo, y luego me estiro y le doy un beso en la mejilla, segura de saber que ambos estamos aquí para quedarnos.

Creo que lo sabía todo. Hasta el último detalle. Cuando te dije que mi decisión de alejarme de ti era algo que tenía que renegociar conmigo mismo a diario, no mentí. Y cada día se me ocurrían nuevas razones, insistía en que quizá podría permitirme estar contigo, y tenía que convencerme de lo contrario. Lo he debatido mil veces, y siempre me he puesto del lado de los que querían protegerte de una relación con alguien como yo. Y entonces, anoche, me hiciste darme cuenta de que ninguno de mis puñeteros argumentos importaba. Intentaba protegerte de algo que ni siquiera consideraste una amenaza, cuando lo único que realmente importa es...

“¿El triunfo del libre mercado?”

—Tú . —Su risa es suave—. Que se joda un cono de tráfico el mercado sin regular, por mí.

«Digo que ya sé que estoy enamorado de ti y que no me interesa separarme de ti. No te necesito en pequeñas dosis, porque… lo quiero todo».