Ursula Le Guin

Las Doce Moradas Del Viento

Notify me when the book’s added
To read this book, upload an EPUB or FB2 file to Bookmate. How do I upload a book?
  • Abril G. Karerahas quoted4 years ago
    Está más que sola. Parece que no existe, no es más que un pensamiento incomunicado. Y no obstante, viaja casi a la velocidad de la luz. Ella es el viaje. Veloz como el pensamiento.
  • Raquelhas quoted6 years ago
    Para una planta, lo que se mueve rápidamente es peligroso. Los seres sin raíces serían ajenos, terribles.
  • César Alejandrohas quoted4 hours ago
    No existirían más los bajos fondos como aquellos una vez que la revolución hubiese vencido. Pero permanecería la miseria. Existiría miseria, despilfarro, crueldad. Ella no había pretendido jamás cambiar la condición humana, o ser la mamita que aparta o que carga todas las durezas de la vida de sus pequeños para que no se lastimen. Todo menos esto. Con tal que la gente fuese libre de elegir, ya no era asunto suyo si después vivía en cloacas y bebía insecticidas.
  • César Alejandrohas quoted5 hours ago
    De nuevo la escisión. «Ella» y «su cuerpo». La vejez y la enfermedad te llevaban a escindir, a evadir; su cerebro insistía: «No soy yo, no soy yo». Sin embargo eras vos. Quizás a los místicos les era posible separar intelecto y cuerpo, ella había envidiado siempre esta posibilidad, sin esperar poder emularlos. La evasión era un juego al que jamás había jugado. Sin embargo había buscado la libertad, sin demora, para el cuerpo y el alma.
  • César Alejandrohas quoted5 hours ago
    «¡Qué coraje demuestras continuando con el trabajo, escribiendo, en prisión, después de una derrota semejante para el movimiento, después de la muerte de tu compañero!»: esto le decían. ¡Qué raza de estúpidos! ¿Qué otra cosa se podría haber hecho? Energía, coraje… ¿Pero qué era el coraje? No había logrado imaginarlo jamás. Los otros decían: jamás tienes miedo. Otros aún: tienes miedo pero sin embargo continúas. ¿Pero qué otra cosa se podría haber hecho sino continuar?
  • César Alejandrohas quoted5 hours ago
    Ahora las llamaban Cartas de la Cárcel, y existían una decena de ediciones diversas. Todas aquellas cosas, aquellas cartas las que la gente continuaba diciendo que estaban llenas de «energía espiritual», lo que significaba quizás que las había escrito con la cara lívida, para tener alta la moral.
  • César Alejandrohas quoted5 hours ago
    Un cuerpo eficiente no es un objeto, no es un instrumento o una propiedad para admirar: es simplemente nosotros mismos. Solo cuando no es más nosotros sino nuestro, un objeto poseído, entonces nos preocupamos. ¿Sus condiciones son buenas? ¿Estará a la altura? ¿Resistirá?
  • César Alejandrohas quoted5 hours ago
    Repugnante: sí, también. Verse y reconocerse repugnante, ¡qué alegría! ¿Pero cuándo no había sido repugnante, nunca se había observado de aquel modo? ¡No verdaderamente!
  • César Alejandrohas quoted5 days ago
    mirando a Guennar con lástima y admiración; sabía que Guennar estaba loco, pero la dimensión de su locura era para él una cosa nueva y admirable
  • César Alejandrohas quoted5 days ago
    ¿Puedes imaginarte al dueño de la mina, con sus encajes, o a los soldados, bajando y bajando por el pozo de chimenea hacia la obscuridad? ¡No bajarían aquí por nada del Mundo! Ellos son muy valientes para pasearse por allá arriba, pero ¿de qué servirían sus espadas y sus gritos en esta obscuridad? Aquí abajo me gustaría verles un día…
fb2epub
Drag & drop your files (not more than 5 at once)